Este tipo de diseño tiene metodologías para crear y bocetar productos que comprendan y permitan su uso a cualquier persona. Puede abordar desde la edad, hasta la situación económica, pasando por el idioma. El objetivo es satisfacer la mayor cantidad de necesidades de los usuarios.
En otras palabras, el diseño inclusivo consiste en crear productos que empaticen con los usuarios, y adaptar sus características a las necesidades que tienen las personas.
Las empresas deben tener en cuenta la oportunidad de mejorar el acceso de las personas con discapacidad, y ser conscientes del tamaño potencial del mercado que podrían aprovechar. También sabemos que el diseño inclusivo beneficia a todos a largo plazo, y su enfoque centrado en el ser humano garantiza una mejor experiencia de usuario en todos los ámbitos.