Se trata de prácticas productivas que contribuyen a mitigar el daño al medio ambiente, y a su vez, impulsan el desarrollo de las comunidades en las que se practican.
El cambio climático plantea numerosos desafíos para la seguridad alimentaria. La Agricultura Sustentable brinda herramientas para mitigar sus efectos y adaptarse a él.
El cambio climático está afectando seriamente a la agricultura a nivel mundial: al incrementarse la probabilidad de que disminuyan los rendimientos de los cultivos debido a las crecientes temperaturas y menores precipitaciones, se agudiza la inseguridad alimentaria. Otras de las consecuencias esperables son la disminución de la calidad de los cultivos, una mayor lixiviación —proceso por el cual los nutrientes y minerales son arrastrados por el agua— de nitrógeno y erosión del suelo, así como una menor disponibilidad de suelos y agua para la actividad agropecuaria.
La relación entre cambio climático y agricultura es compleja, pero se ha demostrado que las actividades agropecuarias sustentables pueden desempeñar un papel importante en la mitigación del efecto invernadero causante del cambio climático.